Desde que recuerdo, los jueves de semana santa he hecho el recorrido de las siete casas. Al principio claro con mi abuela, pues siempre había algún premio por acompañarla.
Luego, con los amigos por el mero hecho de salir a pasear.
Posteriormente me encontré haciendo el recorrido más por motivos tradicionales y hasta como para hacer un poco de turismo en la ciudad.
Al final, me ha dado curiosidad conocer la razón por la que tanta gente, esos días sale a la calle y va deambulando de templo en templo.
Bueno, encontré dos fuentes que me parecieron las más interesantes:
- Guía Práctica para hacer la visita a las 7 casas. En el portal Evangeliza fuerte de la comunidad católica de León, Gto. Paty Martínez. 21 de abril de 2011.
- La visita de las 7 casas. P José de Jesús Aguilar. Sistema Informático de la Arquidiócesis de México. 5 de abril de 2012.
Al parecer el origen de esta tradición viene, como lo comenta el P Aguilar:
"Después de la celebración de la Misa de la Cena del Señor, el Jueves
Santo por la tarde, las Hostias Consagradas se depositan en un lugar
especial llamado “monumento”, adornado para que los creyentes hagan
oración de acción de gracias a Cristo presente en la Eucaristía. Como
todas las iglesias ponen este monumento, los creyentes visitan varios
templos (siete, por lo general), no sólo para ver en cuál de ellos se ha
adornado mejor el monumento, sino para obtener la Indulgencia Plenaria
concedida por el Papa Pío VII a los fieles que dediquen una hora de
oración delante del monumento con el Santísimo. Es importante aclarar
que las personas no deben permanecer una hora en cada templo, sino que
se deben organizar para que en la última iglesia puedan participar de la
Hora Santa. Para obtener la Indulgencia a través de esta práctica se
necesita estar en estado de gracia, haber comulgado y pedir por las
intenciones y necesidades del Papa."
De lo que se trata es de que "Con esta devoción los fieles intentan acompañar espiritualmente a Cristo durante su recorrido desde el lugar de la Última Cena hasta el Calvario". Dice el P Aguilar.
La estructura es sencilla.
- Hay una oración que se hace al iniciar todo el recorrido.
- En cada visita
- Se hace una reflexión, (1)
- Se lee un pasaje del evangelio. (2)
- Se reza un Padre Nuestro y un Gloria (Aunque en la primera referencia se menciona también un Ave María) (3)
- Se cierra la visita con una oración.
- Se finaliza todo el recorrido con una oración.
Estaciones o visitas:
Reflexión: En esta primera estación recordamos que, el Jueves Santo por la noche, Nuestro Señor Jesucristo durante la Ultima Cena les enseñó el mandamiento de amor a sus discípulos lavando humildemente sus pies. También instituyó la Eucaristía (Santa Misa) consagrando el pan y el vino. Después de haber cenado con sus discípulos salió del cenáculo (lugar de la cena) y se dirigió con sus apóstoles al monte de los Olivos para orar antes de ser entregado. Pidamos que el Señor nos ayude a hacer siempre oración en los momentos difíciles.
Pasaje: Mientras comían, Jesús tomó el pan, lo bendijo, lo partió y, dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad y comed, éste es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio diciendo: Bebed de él todos, que ésta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados. (Mt 26, 26-30)
Y dichos los himnos, salieron camino del monte de los Olivos. (Mt 26, 30)
Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: Sentaos aquí mientras yo voy allá a orar. (Mt. 26, 36).
Oración: Oh Jesús, yo te adoro y te doy mil gracias por la sangre que derramaste desde niño y por los pasos tan dolorosos que diste por mi salvación, especialmente por ese recorrido que hiciste desde el Cenáculo hasta el Huerto de Getsemaní para empezar tu Pasión.
Yo te ruego que a mí y a todos los cristianos nos concedas la virtud de la mortificación y el don del temor de Dios. Amén.
2. Del huerto de los olivos a la casa de Anás.
Reflexión: Judas, el traidor, llevó a los soldados de los judíos para que apresaran a Cristo. Le saludó con un beso porque esa era la señal para que los soldados pudieran capturarlo. Llevaron a Jesús a la casa de Anás, suegro del sumo sacerdote Caifás. Pidamos al Señor que nunca traicionemos el amor que Dios nos tiene, ni la religión que él nos dejó como herencia, ni el amor de padres y amigos.
Pasaje: Saliendo, se fue, según costumbre, al monte de los Olivos, y le siguieron también sus discípulos. Llegando allí, díjoles: Orad para que no entréis en tentación”. Se apartó de ellos como un tiro de piedra, y, puesto de rodillas oraba diciendo: “Padre, si quieres aparta de mí este cáliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”.
Se le apareció un ángel del cielo que lo confortaba. Lleno de angustia oraba con más instancia; y sudó como gruesas gotas de sangre, que corrían hasta la tierra. Levantándose de la oración, vino a los discípulos, y encontrándoles adormilados por la tristeza, les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos y orad para que no entréis en tentación.
Aún estaba Él hablando, y he aquí que llegó una turba, y el llamado Judas, uno de los doce, los precedía, el cual, acercándose a Jesús le besó. Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre? Viendo los que estaban en torno de Él lo que iba a suceder le dijeron: ¿Herimos con la espada? Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le llevó la oreja derecha. Tomando Jesús la palabra, le dijo: Basta ya. Dejad; y tocando la oreja, le curó. Dijo Jesús a los príncipes de los sacerdotes, oficiales del templo y ancianos que habían venido contra Él: ¿Como contra un ladrón habéis venido con espadas y garrotes? Estando yo cada día en el templo con vosotros, no extendisteis las manos en mí; pero ésta es vuestra hora y el poder de las tinieblas.Apoderándose de Él, le llevaron e introdujeron en casa del sumo sacerdote; Pedro le seguía de lejos. (Lc. 22,39-54)
..y le condujeron primero a Anás, porque era suegro de Caifás, pontífice aquél año. (Jn. 18, 13)
Oración: Señor mío Jesucristo, yo te adoro y te doy gracias por el doloroso viaje que hiciste por mi salvación, cuando habiendo sido apresado en el Huerto de los Olivos, después de haber sudado sangre, fuiste conducido a la casa de Anás.
Te suplico me concedas llevar con amor y paciencia tal adversidades y saberme siempre hijo tuyo. Amén.
3. De la casa de Anás a la de Caifás
Reflexión: Después de que Anás interrogó a Jesús, consideró que debería llevarlo ante el sumo sacerdote Caifás, quien había dicho que convenía que Jesús muriera para que el pueblo se salvara. Pidamos para que el Señor nos ayude a defender la vida desde el vientre materno.
Pasaje: Los que aprendieron a Jesús le llevaron a casa de Caifás, el pontífice, donde los escribas y los ancianos se habían reunido. Pedro le siguió de lejos hasta el atrio del pontífice y, entrando dentro, se sentó con los criados para ver el desenlace. Los príncipes de los sacerdotes y todo el sanedrín buscaba falsos testimonios contra Jesús, para condenarle a muerte, pero no los hallaban, aunque se habían presentado muchos falsos testigos. Al fin se presentaron dos, que dijeron: Este ha dicho: Yo puedo destruir el templo de Dios y en tres días re edificarlo. Levantándose el pontífice, le dijo: ¿Nada respondes? ¿Qué dices a lo que éstos testifican contra tí? Pero Jesús callaba, y el pontífice le dijo: Te conjuro por Dios vivo; di si eres tú el Mesías, el Hijo de Dios. Díjole Jesús: Tú lo has dicho. Y yo os digo que a partir de ahora veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo sobre las nubes del cielo. Entonces el pontífice rasgó sus vestiduras, diciendo: Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos de más testigos? Acabáis de oír la blasfemia. ¿Qué os parece? Ellos respondieron: Reo es de muerte. Entonces comenzaron a escupirle en el rostro y a darle puñetazos, y otros le herían en la cara, diciendo: Profetízanos, Cristo ¿quién es el que te hirió?
(Mt. 26, 57-68).
Oración: Señor nuestro Jesucristo, te adoro y alabo por la mansedumbre y docilidad con que te comportaste al ser llevado a la casa de Anás, a la de Caifás y por la Preciosa Sangre que derramaste en la flagelación. Te ruego que nos concedas la virtud de la castidad y el don de mirar las cosas creadas con la luz de la fe. Amén.
4. De la casa de Caifás al pretorio de Pilato
Reflexión: Caifás llevó a Cristo ante Poncio Pilato que representaba al César, en aquella región, tratando de aprovecharse del poder de Pilato para conseguir lo que quería: Matar a Jesús. Pidamos para que no utilicemos el poder en perjuicio de los demás.
Pasaje: Llevaron a Jesús a casa de Caifás, al pretorio. Era muy de mañana.- Ellos no entraron en el pretorio por no contaminarse, para poder comer la Pascua. Salió, pues, Pilato fuera y dijo: ¿Qué acusación traéis contra este hombre? Ellos respondieron, diciéndole: Si no fuera malhechor, no te lo traeríamos. Díjoles Pilato: Tomadle vosotros y juzgadle según vuestra ley. Le dijeron entonces los judíos: Es que a nosotros no nos es permitido dar muerte a nadie. Para que se cumpliese la palabra que Jesús había dicho, significando de qué muerte había de morir.
(Jn.18,28-32).
Oración: Jesús, te adoro y doy mil gracias por el penoso viaje que hiciste de la casa de Caifás a la de Pilatos por mi salvación, y por la Preciosa Sangre que derramaste en la coronación de espinas. Te pido para todos los que sufren, el consuelo y que me concedas la virtud de la generosidad y del don de ser acertado en mi vida. Amén.
5. De la casa de Pilato ante Herodes
Reflexión: Pilato, sabiendo que Cristo pertenecía al territorio de Herodes, lo mandó con él, para librarse de su responsabilidad y así, ponerla en otra persona. Pidamos a Dios que nos ayude a afrontar con valentía los retos que la vida nos presenta.
Pasaje: Oyendo esto Pilato, preguntó si aquel hombre era galileo, y enterado de que era de la jurisdicción de Herodes, le envió a éste, que estaba también en Jerusalén por aquellos días. viendo Herodes a Jesús, se alegró mucho, pues desde hacía bastante tiempo deseaba verle, porque había oído hablar de Él y esperaba ver de Él alguna señal. Le hizo bastantes preguntas, pero Él no contestó nada. Estaban presentes los príncipes de los sacerdotes y de los escribas, que insistentemente le acusaban. Herodes, con su escolta, le despreció, y por burla le vistió una vestidura blanca y se lo devolvió a Pilato.
(Lc.23, 6-11).
Oración: Oh Jesús te adoro y doy gracias por este penoso viaje que hiciste de la casa de Pilato al palacio del rey Herodes por mi salvación, y por la Preciosa Sangre que derramaste en la crucifixión al ser clavadas tus manos.
Te pido humildemente por la conversión de los pecadores, y también, te dignes concedernos la virtud de la diligencia y el don de la fortaleza. Amén.
6. De casa de Herodes nuevamente a Pilato
Reflexión: Herodes no aceptó la responsabilidad que Pilato le enviaba pero quiso ver a Jesús solo por curiosidad, para que hiciera algún milagro. Cuando Herodes vio que Jesús no cumplía su capricho lo regresó con Pilato. Pidamos para que no busquemos a Jesús solo por conveniencia, ni por sus milagros, sino por su gran amor y con deseo de responder a lo que nos pide.
Pasaje: Pilato, convocando a los príncipes de los sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, les dijo: Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, y habiéndole interrogado yo ante vosotros, no hallé en Él delito alguno de los que alegáis contra Él.
Y ni aun Herodes, pues nos lo ha vuelto a enviar. Nada, pues, ha hecho digno de muerte. Le corregiré y le soltaré. Tenía que soltarles uno por la fiesta. Pero todos a una comenzaron a gritar diciendo: Quítale y suéltanos a Barrabás, el cuál había sido encarcelado por un motín ocurrido en la ciudad y por homicidio.
De nuevo Pilato se dirigió a ellos, queriendo liberar a Jesús.
Pero ellos gritaban diciendo: ¡Crucifícale, crucifícale! Por tercera ves les dijo. ¿Qué mal ha hecho? Yo no encuentro en Él nada digno de muerte; le corregiré y le soltaré. Pero ellos, a grandes voces, instaban pidiendo que fuese crucificado, y sus voces prevalecieron. (Lc.23,13-23)
...diéronle a beber vino mezclado con hiel; mas en cuanto lo gustó, no quiso beberlo. (Mt. 27,34).
Oración: Señor, te adoro y doy gracias por el penoso recorrido que hiciste del palacio de Herodes, para acudir por segunda vez ante Pilato por salvarme y por la Sangre que derramaste al ser clavados tus pies en el madero de la Cruz. Te pido que nos concedas la virtud de la caridad y del don de comprender la profunda verdad de todo lo que nos enseñas en nuestra santa fe.
7. De la casa de Pilato al Calvario.
Reflexión: Pilato, se lavó las manos y mandó crucificar a Cristo. Para no perder su cargo, condenó al inocente haciendo caso a los injustos. Pidamos a Dios que no nos dejemos llevar por falsos que nos alejan de la justicia y la verdad.
Pasaje: Después de haberse divertido con Él, le quitaron la clámide, le pusieron sus vestidos y le llevaron a crucificar.
(Mt 27, 30).
Le seguía una gran muchedumbre del pueblo y de mujeres, que se herían y lamentaban por Él. Vuelto a ellas Jesús, dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más por vosotras mismas y por vuestros hijos, porque das vendrán en que se dirá: Dichosas las estériles, y los vientres que no engendraron, y los pechos que no amamantaron. Entonces dirán a los montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Ocultadnos, porque si esto se hace con el leño verde, en el seco, ¿qué será?
Con Él llevaban otros dos malhechores para ser ejecutados.
Cuando llegaron al lugar llamado Calvario, le crucificaron allí, y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Dividiendo sus vestidos, echaron suerte sobre ellos. El pueblo estaba allí mirando, y los príncipes mismos se burlaban, diciendo: A otros salvó; sálvese a sí mismo si es el Mesías de Dios, el Elegido. Y le escarnecían también los soldados, que se acercaban a Él ofreciéndole vinagre y diciendo: Si eres el rey de los judíos sálvate a tí mismo.
(Lc 23, 27-37)
Oración: Señor, te ruego me concedas la gracia de no ser engreído para tener una verdadera Sabiduría que consiste en amarte sobre todas las cosas, ahora y por los siglos e los siglos. Amén.
Oración final: Te doy gracias, Señor por la oportunidad que hoy me has dado, de acercarme a la Pasión Salvadora de tu Hijo. Te pido que por sus méritos me llenes de bendición, me ayudes a soportar mis sufrimientos y me hagas participar de su Resurrección. Amén.
(1) Como siempre, las reflexiones y las oraciones no deben tomarse literales, son invitaciones a reflexionar y ejemplos de cómo orar.
(2) Para los pasajes de la escritura, no usé el texto que aparece en las fuentes. En su lugar los transcribí de: La Sagrada Biblia. Eloíno Nácar Fuster, Alberto Colunga Cueto. Trigésima octava edición. Biblioteca de autores cristianos. Madrid MCMLXXXVIII
(3) Por aquí dejo la liga a una entrada en la que transcribí las tres oraciones mencionadas, en latín.
1 comentario:
Wow! Gracias! Está muy completa la investigación y es una muy buena guía para hacer la visita!
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