27 de mayo de 2009

Un poquito de arte. ¡Pa' variar jóven!

Esta ha sido una de esas noches interesantes, en las que el destino te pone en situaciones de las que puedes aprender mucho. Esta ves, por invitación de una amiga muy querida, terminé en casa de una artista, sí, así como lo leen. Estuve en una puesta (como ella le llama), de una de sus obras. Al verla, la primera impresión fue de extrañeza, que dió paso a un sentimiento de admiración, no por lo que en sí expresaba la obra, si no por el empeño puesto en la realización de la misma. Digo, yo no lo hubiera hecho en realidad. Después llegó la explicación y con ella el significado certero de eso que estaba mirando.



Minutos después calleron en mis manos una rica cerveza y un par de cigarros, que fueron haciendo suave mi interacción con ese círculo curioso. De entre los cuales puedo contar a algunos estudiantes (no sé de qué), luego a un museologo (o al menos eso me dijeron) un chico fotógrafo, etc. Luego de un rato en el que actué como observador de un juego de intercambio de ideas, se me ocurrió intervenir preguntando algo como:

"-¿Aja, y pon tú que ya expones y llegas al público y eres fiel a tu idea y demás, pero qué, qué pasa cuando el público simplemente no entiende loq ue estás queriendo expresar?"

La respuesta que mereció fue bastante larga, pero la voy a resumir en lo siguiente, que viene siendo lo más interesante, al menos para mí: "El arte tiene que provocar algún sentimiento en el espectador, sea lo que sea. De otro modo, no se logra el objetivo". También, en algún punto se habló de la sensibilidad del espectador, obviamente requisito fundamental para experimentar sentimientos respecto a una obra. Ene ste punto, la conversación giró un poco sobre lo des-sensibilizados que estamos por aquello del rollo consumista.


Luego de eso, se tomaron algunas fotos, salieron a la luz algunas otras y hasta un video. En general la noche se presentía muy agradable. Y bueno, a final de cuentas, ¿de qué se trataba la famosa puesta? Bueno, en realidad preferiría que ustedes mismos observaran, sobre todo la primera fotografía... las chicas no son parte de la obra eh! Ahí cada quién juzgará y el que quiera preguntará.



Lamentablemente hubo que continuar y bueno... el resto de la noche dio pie a seguir el reencuentro con una cigarra. ¡Pero esa, es otra historia!

2 comentarios:

Cuetzpallin dijo...

A mi parecer, el arte es precisamente para provocar reacciones y sentimientos, sean de alegria, tristesa, coraje, gusto o disgusto, pero "algo" para que realmente funcione.
Esta obra supongo que se bveria muy bien con algunas luces añadidas y obviamente en un clima despejado, pues el fondo de la foto no le hace resaltar mas que el azulejo de la cocina, pero se ve que llevo bastante labor.

Un abrazo desde tierras hidrocalidas.

Alfredo Campos dijo...

Quizás fue simplemente la fotografía que no me quedó bien... si vas a la página de estos chavos hallarías algo un poco mejor:

http://ovoespacio.blogspot.com/

Salu2!